El valor de la comunicación
dentro y fuera de las organizaciones es
tan grande que quizás no pueda medir. En nuestras familias, cuando nos
comunicamos de manera asertiva y sin agresividad estrechamos mucho más nuestros
vínculos familiares y creamos un ambiente de confianza, respeto y colaboración
que nos permiten superar cualquier situación.
Lo mismo sucede en nuestro
entorno laboral. La comunicación efectiva puede facilitarnos tanto el trabajo
en muchas maneras. Cuando la dirección expresa de manera clara los objetivos de
la empresa, los empleados saben o reconocen hacia donde están llegando sus
esfuerzos. Les permite trabajar con un propósito.
Las personas encargadas de la
dirección de una empresa y los supervisores o jefes de departamentos deben ser inteligentes
a la hora de transmitir sus ideas al resto del personal. Los objetivos deben
estar claros, deben ser retadores pero alcanzables y las actividades a realizar
para alcanzarlos deben estar bien definidas, explicadas y consensuadas con el
personal. Los empleados deben conocer hacia donde van tanto ellos como la
empresa, como van a llegar a esa.
Escuchar las sugerencias de los
empleados, analizarlas junto con ellos, aceptar las que sean viables y explicar
por qué no se aceptan las otras también crea un efecto motivador en los
empleados. Los hace saberse parte de los procesos, se identifican con su
trabajo y esto redunda en una mayor productividad.
Cuando un jefe le habla a su
empleado en un tono calmado y de manera asertiva sobre los errores que se han
cometido en la elaboración de un trabajo y no solo se limita a cargarlo de
culpas y, en algunos casos, de improperios, el empleado obtiene la
retroalimentación que necesita para mejorar su trabajo, hacerse cada vez mejor
y no se crean sentimientos negativo de rencores o miedo hacia su líder.
El empleado que se comunica con
los demás de manera irrespetuosa y no considera como eso afecta el estado de
ánimo de los demás también ayuda a crear un ambiente de trabajo de tensión. Más
tensión se crea cuando esa persona tiene personal a su cargo, quienes, por
miedo a perder su puesto, se callan y aceptan algún maltrato verbal, guardando
ese sentimiento negativo.
Y no hablemos del irrespeto
maleducado y grosero por convicción de algunas personas. Estamos hablando
solamente de actitudes que son propias de la personalidad de algunas personas
que pueden no ser de agrado para otras. Puede que un empleado no quiera
molestar a otro cuando algún tipo de comentario y lo hace sin querer. Aún así,
cada persona debe estar atenta de cómo trata al resto de sus compañeros de
trabajo y adecuarse, un poco al menos, a la personalidad de sus compañeros.
La comunicación efectiva genera,
entonces, un efecto motivador que incentiva la productividad, la identificación
y pertenencia de un trabajador con su empresa. Esto hace que en la misma se
trabaje con un mayor esfuerzo, eficiencia y proactividad. Estos elementos van a
hacer que la empresa aumente su nivel. Trabajar bajo estas premisas va a
devengar un ambiente de trabajo tranquilo, relajado pero mejor enfocado en el trabajo
y las tareas y objetivos a cumplir. Pueden hacer de una empresa, un modelo a
seguir.
La empresa ganará reputación
tanto en el ámbito de mercado como en su conexión con las personas de su
comunidad o incluso de un país o del mundo.
La comunicación efectiva y
asertiva solo trae consecuencias positivas, tanto para las empresas como para
las personas. ¿Acaso no es más divertido cuando llegas a una empresa y todas
las personas son corteses, amables y siempre saludan? ¿Acaso no es desagradable
llegar a una empresa donde apenas se escucha un “buen día” susurrado y de lejos
cuando entras y saludas y en la que nadie habla y se siente tensiones entre las
personas de una misma oficina?
Esto no es una cosa que se logra
de un día para otro. En todas las empresas existen personas que de buena
voluntad, quieren hacer de su día de trabajo, un día tranquilo, productivo e
incluso divertido. Porque esas personas aman lo que hacen y trabajar no tiene
que ser una carga o una obligación. Si usted es una de esas personas, no se
desanimen por los que otros pueden decir. Siga siendo amable. La alegría se
contagia. “Ser cortés no quita lo valiente” dice una frase popular. Esto también
aplica si usted siente que el trabajo es un campo de guerra donde solo gana el
más “bravo”.
Mejorar la comunicación en una
empresa es tarea de todos los que la componen, pero sus líderes deben empezar y
dar el ejemplo para que los esfuerzos de los demás no sean bloqueados y la
alegría de estar en la empresa y trabajar se convierta en esas fuerza positiva
que impulse a la empresa hacia sus objetivos.
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